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2008: Celebración del 60 Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos.

Declaración de los Derechos Humanos: Introducción

Hace sesenta años, las naciones del mundo se reunieron para reconocer que todas las personas de todas las nacionalidades, son libres e iguales sin depender de su raza, religión, nivel económico, edad, genero u otra característica personal. Durante la firma de la Declaración de los Derechos Humanos en 1948, las Naciones Unidas crearon el primer documento internacional que reconoce los derechos humanos como pilar de paz, justicia y libertad en el mundo.

La Declaración Universal delinea 30 derechos básicos para que todos los seres humanos desarrollen todo su potencial y vivan libres de miedo y necesidad. Fue un enfoque único que nació a partir de que el mundo dijo 'nunca más' a los horribles eventos de la Segunda Guerra Mundial, una guerra en la que se vivió un grado de atrocidad nunca antes visto. Globalmente, se estima que más de 50 millones de personas han muerto. Los crímenes de guerra fueron extensos: desde el infame Holocausto en el que la Alemania Nazi quizo eliminar a los 'no deseables' como a los Judíos, polacos, eslavos, romanos, sinti, los descapacitados, homosexuales, y otros, hasta el uso de esclavos sexuales, conocidos como 'mujeres que confortan' por los soldados japoneses. Los campos de concentración fueron usados en todo el mundo, y, desafortunadamente, en la Segunda Guerra Mundial se hicieron las primeras pruebas de armas biológicas por Japón y se usaron las bombas atómicas en Nagasaki y Hiroshima confeccionadas por los Estados Unidos de América. Leer más....



Participación y compromiso en sociedad

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El Estado es el responsable de la protección de los derechos humanos de sus ciudadanos. Muchos países del mundo han aprobado leyes nacionales para asegurar que sus ciudadanos gocen de estos derechos. En Canadá, la Carta Canadiense de los Derechos y las Libertades contempla los derechos políticos y civiles de los ciudadanos. Estos derechos son la base de la participación política en nuestro país. Esta participación puede ser de distintas formas, la más común es el derecho a votar. También incluye el derecho a unirse a partidos políticos, presentar candidatura en una elección, unirse a grupos de defensa y hacer manifestaciones. Estos derechos proveen a los ciudadanos y al Gobierno normas que protegen nuestro bienestar individual y evitan que las autoridades hagan mal uso de sus facultades. La protección legal de nuestros derechos es absolutamente necesaria para la creación y preservación de una sociedad justa para todos.

Los derechos vienen de la mano con responsabilidades. Es tarea de cada uno de nosotros asegurarnos de que nuestros derechos son protegidos involucrándonos en el proceso de toma de decisiones. Muchos países limitan o deniegan a sus ciudadanos el derecho a voto. En el pasado, Canadá denegó el voto a ciudadanos por motivos de género, raza o religión. Las mujeres tan sólo obtuvieron el derecho a voto en 1918, mientras que los chinos-, indios- y japonéses-canadienses fueron privados de este derecho hasta finales de los años 40 (1940). Los indígenas no adquirieron el derecho a voto hasta 1960, mientras que los pacientes en centros de enfermos mentales no pudieron votar hasta 1988. Más recientemente, en 2002, se concedió a los prisioneros el derecho a voto. Esta historia de limitación de los derechos de voto ha afectado a la capacidad de la gente de participar en política, y consecuentemente su plena integración en la sociedad.

Cuando los ciudadanos no ejercen su derecho al voto, la facultad para influenciar la política pública disminuye. En algunos países, las personas son víctimas de la violencia, la persecución e incluso la muerte en su búsqueda de participación política. Como alternativa o complemento al voto en Canadá, muchos ciudadanos expresan sus opiniones participando en comunidades virtuales, redactando blogs, creando arte para causas sociales o políticas, involucrándose en las discusiones dentro de las aulas, uniéndose a movimientos de protesta, participando en manifestaciones y apoyando grupos religiosos y políticos. Estamos encontrando formas cada vez más creativas de comprometerse. Comunidades virtuales como TakingITGlobal, Apathy Is Boring, Facebook y Myspace ofrecen al público nuevos espacios para organizarse e intercambiar opiniones. El poder adquisitivo del consumidor también se ha convertido en una forma de manifestarse: comprar o boicotear productos o servicios por razones políticas y éticas adquiere un significado político y llama la atención hacia los problemas.

Sin embargo, aquellas personas que tienen el derecho de involucrarse en la política eligen no hacerlo. La apatía de los electores se está incrementando en muchas democracias occidentales y es mayor particularmente en los jóvenes. Esta falta de interés tiene consecuencias negativas. Cuando grandes sectores de la población deciden no participar, el Gobierno no se puede responsabilizar por todos los ciudadanos.

En algunas ocasiones sentimos que nuestros derechos e intereses son descuidados. El proceso político puede ser frustrante e intimidante, pero es nuestra responsabilidad participar en las decisiones que afectan nuestros derechos y libertades fundamentales. Para contribuir con las decisiones políticas que influyen nuestro país y comunidad, únete a un partido político, ejerce presión a las autoridades elegidas o trabaja con grupos que apoyan una causa en la que estás interesado. La participación activa puede ser una excelente experiencia, por tanto busca formas para involucrarte y hacer oír tu voz. No es solo tu derecho, sino una responsabilidad como ciudadano.

¡Aprende más! ¡Involúcrate!

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