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2008: Celebración del 60 Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos.

Declaración de los Derechos Humanos: Introducción

Hace sesenta años, las naciones del mundo se reunieron para reconocer que todas las personas de todas las nacionalidades, son libres e iguales sin depender de su raza, religión, nivel económico, edad, genero u otra característica personal. Durante la firma de la Declaración de los Derechos Humanos en 1948, las Naciones Unidas crearon el primer documento internacional que reconoce los derechos humanos como pilar de paz, justicia y libertad en el mundo.

La Declaración Universal delinea 30 derechos básicos para que todos los seres humanos desarrollen todo su potencial y vivan libres de miedo y necesidad. Fue un enfoque único que nació a partir de que el mundo dijo 'nunca más' a los horribles eventos de la Segunda Guerra Mundial, una guerra en la que se vivió un grado de atrocidad nunca antes visto. Globalmente, se estima que más de 50 millones de personas han muerto. Los crímenes de guerra fueron extensos: desde el infame Holocausto en el que la Alemania Nazi quizo eliminar a los 'no deseables' como a los Judíos, polacos, eslavos, romanos, sinti, los descapacitados, homosexuales, y otros, hasta el uso de esclavos sexuales, conocidos como 'mujeres que confortan' por los soldados japoneses. Los campos de concentración fueron usados en todo el mundo, y, desafortunadamente, en la Segunda Guerra Mundial se hicieron las primeras pruebas de armas biológicas por Japón y se usaron las bombas atómicas en Nagasaki y Hiroshima confeccionadas por los Estados Unidos de América. Leer más....



Creando un mundo sustentable

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La Declaración Universal establece que toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de individuo (Artículo 3), así como a un nivel de vida adecuado que asegure su salud y bienestar y el de su familia (Artículo 25). Estos dos derechos fundamentales se basan en el hecho de que toda persona necesita un ambiente con el debido apoyo para el bienestar en su vida. Por ejemplo, el Artículo 25 resalta el derecho a la alimentación, sin embargo para ejercer estos derechos necesitamos contar con tierra de cultivo para producir alimentos. También necesitamos agua potable y aire limpio. No obstante, debido al cambio climático y nuestra dependencia de recursos no renovables, ponemos en riesgo la existencia de estos recursos básicos, los cuales son esenciales para la vida - una vida segura, libre y saludable.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en inglés) define Desarrollo Sostenible como aquél que asegura que los recursos y medio ambiente de hoy no restrinjan el uso de las futuras generaciones. La constante destrucción del medio ambiente debido a prácticas como la deforestación, contaminación del agua y del aire, compromete no solo nuestro acceso a un ambiente que asegure nuestro bienestar, sino también el de las futuras generaciones. Es imposible separar el bienestar de la humanidad del bienestar de la Tierra. A través de estos dos Artículos (3 y 25), la Declaración establece la importancia de la protección de la Tierra y sus recursos.

En Canadá, uno de los principales motores de nuestra economía es la exploración y producción de petróleo. Los críticos a la industria del petróleo sostienen que no se han tomado suficientes medidas para minimizar los impactos de la industria en el medioambiente y la salud. La industria del petróleo emplea cantidades masivas de agua para el procesado, influye en los usos del suelo y su arabilidad y contribuye a elevar los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero. Para producir un metro cúbico de petróleo de las arenas bituminosas de Alberta se requieren entre 2 y 4.5 metros cúbicos de agua. Cada barril de este petróleo emite más de 80 kg de gases de efecto invernadero. Los incrementos de los niveles de consumición de petróleo y gas a nivel global continuan impulsando las prácticas no sostenibes asociadas con esta industria

El acceso aL agua potable es un tema de igual importancia relacionado al desarrollo sostenible. Todos los seres vivos dependen del agua; sin embargo, a nivel mundial, la calidad y acceso al agua es cada vez menor. Las Naciones Unidades calcula que 1.1 mil millones de personas no tienen acceso a agua potable y 2.4 mil millones no cuentan con condiciones de salubridad adecuadas. En Canadá, nuestros recursos hídricos son cada vez más precarios e inaccesibles para algunos ciudadanos. Por ejemplo, algunos miembros que viven en las reservas de las Naciones Originarias de Canadá no tienen agua potable. Existe una mayor preocupación respecto de la reducción de nuestros recursos hídricos y el impacto que podría tener en futuras generaciones.

Existen muchas formas en las que nuestro medio ambiente es amenazado. Por ejemplo, la tala rasa de los bosques en Columbia Británica forma parte de una tendencia global que conduce a la deforestación. La tasa anual de deforestación en el mundo asciende a 0.2% o 9’391,000 hectáreas por año, lo cual, a largo plazo, afectará la calidad de nuestro aire y suelos.

Tenemos derecho a la alimentación. Tenemos derecho al agua. Tenemos derecho a una vivienda en la que podamos educar a nuestras familias y vivir nuestras vidas. Necesitamos todos estos derechos, ellos son la base necesaria para todos los demás derechos consagrados en la Declaración Universal. Sin embargo, las crisis medioambientales a nivel global actualmente ponen estos mismos derechos en riesgo. Tal como lo han advertido innumerables informes, el impacto del cambio climático ya está afectando de manera desproporcionada a los sectores más pobres y vulnerables de nuestra sociedad mundial, especialmente a los niños, cuyos derechos ya se encuentran en riesgo. En Canadá, algunos pueblos aborígenes, cuya forma de vida aún está intrínsecamente relacionada con la tierra, sienten los impactos de la degradación del medio ambiente. El desarrollo de la industria y plantas de producción ubicadas cerca de sus comunidades contribuyen a la contaminación del aire, el agua y el suelo; además de la pérdida de calidad o existencia de alimentos y medicinas tradicionales, y la pérdida de sus tradiciones culturales.

Los derechos humanos fundamentales (derecho al agua, a formas de vida tradicionales, a la paz y a la seguridad) son frecuentemente amenazados por las mismas prácticas que están ocasionando el cambio climático. De no realizar dichas prácticas de manera sostenible, en un futuro podríamos no tener aquellas cosas que más necesitamos, podríamos perder nuestros derechos humanos. Como individuos, podemos tomar decisiones para mantener un medio ambiente saludable, como por ejemplo, compartir el auto, volver a utilizar la taza para el café, apoyar campañas de protección del medio ambiente, o sencillamente tomarse el tiempo de aprender más. Las acciones de cada individuo pueden generar un gran cambio.

¡Aprende más! ¡Involúcrate!

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